Aspaldian solastu nizuen Europa Indigena web horriari buruz sarrera honetan.
Gaur, bertan agertzen den liburu bateri buruz egindako elkarrizketa bat dakarkizuet. Guillermo Piquero Gallurt idazleari egindako elkarrizketa, ain xuxen, bere MITOLOGIA SALVAJE liburuarekin.
Polita da hagitz, nola lotzen eta arrazonatzen dituen Euskara, mitologia eta Europako gizarte ezberdinak.
Ez galdu!
Esaldi batekin gelditzen naiz ni, baina elakarrikezta osoak merezi du e? (azpian)
Hace algún tiempo os hablé de la página web Europa Indigena es esta entrada.
Hoy, os traigo una entrevista sobre un libro que aparece en ella. Es una entrevista hecha a Guillermo Piquero Gallurt, con su libro MITOLOGIA SALVAJE
Es muy bonito como relaciona y razona el Euskera, la mitología y las diferentes sociedades de Europa.
No os la perdais!
Yo me quedo con una frase, pero merece la pena toda la conversación e?
"El euskera es un extraordinario banco de datos sobre la forma en que nuestros ancestros sentían, entendían y expresaban su visión del universo.
Es el reflejo oral de la cosmovisión indígena Europea"
El libro Mitología
salvaje forma parte de un proyecto de divulgación cultural más amplio
denominado Europa Indígena, ¿Podrías contarnos brevemente en
que consiste?
Europa Indígena es, como tu dices, un proyecto de divulgación cultural
que pretende generar recursos didácticos en todo
tipo de soportes (web, libro, charlas,…) con el objetivo de
contribuir a la recomposición del universo cultural del Paleolítico
Superior y el Neolítico. ¿Por qué hemos elegido precisamente esa
franja temporal? Pues porque según las evidencias del arte simbólico
prehistórico fue el tiempo en el que se desarrollaron
ininterrumpidamente las culturas indígenas de nuestro continente, y
utilizo el término indígena en el sentido de que existe
constancia de que una misma cosmovisión se desarrolló de forma
continuada desde los primeros humanos de la Era Glacial hasta los
primeros pueblos agrícolas preindoeuropeos. Gracias al trabajo de
arqueólogos como Marija Gimbutas o James Mellaart, que redescubrieron y
recompusieron este eslabón perdido
entre las culturas paleolíticas y neolíticas, podemos afirmar que
durante ese inmenso periodo de tiempo de casi 40.000 años, desde el
Cantábrico hasta Siberia Oriental (y de forma muy similar desde
Oriente Próximo al Valle del Indo), se extendió una misma forma de
comprender el mundo, una misma cosmovisión, que como la de
cualquier otra cultura indígena, estuvo basada en el respeto
reverencial hacia la naturaleza y sus ciclos.
El libro se centra
principalmente en el periodo paleolítico, época en la que tu propones se
originó una visión dualista del universo... ¿Cuáles eran
las características principales de aquella cosmovisión primigenia?
Bueno, en realidad yo no propongo nada esencialmente nuevo, en
el sentido de que ya ha sido propuesto anteriormente por otros muchos
autores. Lo novedoso, en todo caso, sería
toda la información que recopilo y sintetizo al respecto para que
todo este compendio de conocimientos sea visualmente atractivo y
accesible para todo tipo de públicos.
Respecto a tu pregunta y utilizando un término antropológico,
digamos que era una cosmovisión animista, es decir, nuestros ancestros
creían y sentían que todo ser vivo ya fuera
animal, vegetal o mineral poseía vida espiritual y era
autoconsciente. Esta biunidad fundamental entre materia y espíritu,
entre lo tangible y lo invisible, condicionaba toda su percepción del
universo y otorgaba una dimensión sagrada a todas las formas de
vida.
En este mismo sentido dual, la mayor parte de las mitologías
prehistoricas describen como toda manifestación de vida es fruto de la
unión sinérgica de dos fuerzas
principales. De modo génerico las conocemos como principio masculino y
principio femenino, y en cada cultura o tradición concreta reciben su
particular nombre: así en la alquimia tenemos el
anima-animus, en el Tao el Yin-yang, en la mitología sumeria a Isthar-Tammuz, en la egipcia a Isis-Osiris, en la drávida Shiva-shakti, etc, etc, etc.
En Europa, y partiendo de la base de que existieron dos mitos,
dos arquetipos sagrados primordiales (el de la madre y el del cazador),
esta biunidad sagrada estuvo representada
por la unión entre la fecundidad receptora de la Madre Naturaleza y el poder fertilizador celeste del Señor de los animales y el bosque.
Este último representaba el
ritmo paralelo existente entre el ciclo anual solar y los ciclos de
crecimiento/marchitamiento de la vegetación. Por tanto, nacía y moría
simbólicamente cada año. Nacía en el solstico de invierno
(epoca en el sol comienza su ciclo de ascenso), moría el 1 de
noviembre (Shamain o Todos los santos), y tras un tiempo en el inframundo, en el útero de la Diosa, volvía a
renacer el siguiente 21 de diciembre.
Precisamente, en el libro haces hincapié en la importancia del concepto de regeneración en el universo simbólico prehistórico…
Decía la arqueóloga Marija Gimbutas que el universo simbólico
prehistórico trataba de plasmar la fascinación que nuestros antepasados
sentían por la eterna regeneración y
renovación cíclica de todas las formas de vida. Y es cierto. Los
primeros calendarios lunares paleolíticos, tallados sobre hueso o
piedra, tienen forma de sinuosas serpientes, pues este animal,
por su cíclico cambio de piel y su periódico despertar tras el
letargo invernal, simbolizaba magníficamente el concepto de que la vida
surgía, moría y volvía a renacer en un ciclo sin fin.
Pero la imagen que mejor representaba los conceptos de medida y
tiempo era la luna, pues crecía, menguaba y desaparecía por un tiempo
hasta que su ciclo volvía a comenzar. Sin
duda, este eterno renacimiento de la luna desde su fase oscura,
ayudaría a nuestros ancestros a comprender que la muerte no era el final
del camino sino un tránsito hacia un nuevo comienzo. Así
lo atestiguan los enterramientos paleolíticos salpicados de ocre
rojo, flores y semilas, y en los que no nos olvidemos, el difunto se
colocaba en posición fetal para que pudiera renacer en el
interior de la Madre Tierra como semilla humana. La muerte no era por tanto antagónica a la vida, sino parte indisoluble de ésta.
De igual forma, el nacimiento, la llegada de la vida, era
alentada en ceremonias estaciónales que animaban a la naturaleza animal y
vegetal a reproducirse. En dichas ceremonias las
mujeres debieron de tener un papel protagonista, pues poseían el
mismo don que la Madre Naturaleza: crear vida a partir de si mismas. Un
reflejo simbólico de esta espiritualidad femenina lo
encontramos en las famosas venus paleolíticas.
¿Qué nos puedes decir
de las venus paleolíticas? ¿Que crees tú que quisieron simbolizar
nuestros ancestros con dichas representaciones?
A pesar de los esfuerzos y estudios detallados de numerosos
investigadores, creo que todavía no hemos otorgado a estas estatuillas
la importancia que se merecen. Dichas
representaciones femeninas, no sólo son la primera muestra de arte
antropomorfo de la humanidad, sino que evidencian que un mismo universo
simbólico fue compartido durante decenas de miles de
años desde el Cantábrico hasta Siberia.
Por otra parte, parece claro que no son representaciones
realistas, sino que quieren expresar conceptos más profundos y se sirven
del cuerpo de la mujer para expresarlos. Así,
la mayor parte de ellas,
además de tener elementos comunes como su pequeño tamaño y no tener
detallado el rostro, contienen un patrón artístico similar
centrado en la maternidad y la fecundidad: pechos enormes, caderas
anchas y remarcado triángulo púbico.
Sobre su posible significado, tenemos una pista fundamental en
la continuidad de dicho arte durante el periodo neolítico, nada menos
que 30.000 estatuillas de similares
características han sido halladas sobre todo en Europa Oriental,
pero también en Oriente próximo y el Valle del Indo. Podemos asegurar
que dichas representaciones pertenecían a la esfera de lo
sagrado porque muchas de ellas se encontraron sobre altares o en el
interior de templos. Aquí la diversidad temática es mucho más amplia que
en el Paleolítico, y así las venus neolíticas aparecen
relacionadas con motivos vegetales o transformadas en animales,
dando a luz o representando la rigidez de la muerte. La opinión más
generalizada, y que yo comparto, es que esta multiapariencia
simboliza las diferentes caras de la Madre Naturaleza. Esta
hipótesis adquiere consistencia si nos fijamos en las funciones y los
roles de algunas diosas arcaicas europeas, como la vasca Mari.
Quizá las
representaciones artísticas mas conocidas del Paleolítico sean las
pinturas rupestres de animales ¿Cuál crees que puede ser su
significado?
Como opinan la mayor parte de prehistoriadores actuales, el
significado de dichas representaciones es probablemente muy diverso y no
estaría relacionado únicamente con la caza,
pues no coinciden los animales más pintados con los que preferían
nuestros ancestros para alimentarse. Lo que yo creo que si podemos
asegurar con cierta rotundidad es lo que simbolizaba el
contexto en el que fueron pintadas: la cueva representa en el
universo simbólico de la mayor parte de culturas indígenas, la entrada
al inframundo, al útero de la Madre Tierra, una puerta para
acceder a la dimensión espiritual en la que se gestan y a la que
regresan al morir todas las criaturas vivientes. Por tanto, en una época
como la Glaciación Würm, en el que las condiciones
climáticas extremas obligaban a nuestros antepasados a depender de
la caza de animales para sobrevivir, la cueva era un santuario que nos
solo proporcionaba cobijo, sino que permitía establecer
una conexión con ese mundo invisible del que los espíritus de los
animales procedían.
Así es muy probable que en el interior de la cuevas, tuvieran
lugar ceremonias colectivas de caza parecidas a las que algunos pueblos
cazadores-recolectores aún celebran en la
actualidad. En dichas ceremonias, algunos participantes acceden al
Mundo Espiritual a través de estados alterados de consciencia para
dialogar, solicitar permiso o desagraviar a los espíritus que
se ven afectados por sus acciones de caza.
Pero también es probable que la cueva jugara un papel
fundamental en distintas ceremonias iniciáticas. Mircea Eliade nos
cuenta como en culturas indígenas de todos los
continetes, el chamán para iniciarse en su función debe realizar un
descenso espiritual al inframundo, dónde será sometido a distintas
pruebas que, de superarlas, le permitirán regresar al Mundo
Físico como una nueva persona ya iniciada. Las cuevas permitían que
ese descenso se realizara no solo espiritualmente, sino también
físicamente. Este puede ser el origen de algunas pinturas que
se encuentran a más de un kilómetro de la entrada, a las que hay que
acceder siguiendo un recorrido en el que hay que optar por diversas
bifurcaciones laberínticas, y que fueron pintadas en
lugares recónditos y de difícil acceso. Resulta absolutamente
increíble la sangre fía y la templanza necesarias para, teniendo en
cuenta las capacidades técnicas de la época, llegar hasta esos
lugares y ser capaz de poder regresar.
Una forma que utilizas en el libro para reconstruir la cosmovisión paleolítica es la etnología comparada…
Tengo que decir que aunque esta es una forma de establecer
hipótesis sobre nuestro pasado que genera controversias en algunos
investigadores, a mi me ha resultado sumamente
esclarecedora en numerosas ocasiones. El mayor banco de datos lo he
encontrado en las poblaciones que habitan en las inmediaciones del
ártico y especialmente en las culturas siberianas. Me
explico:
Es una teoría ampliamente difundida que cuando la Glaciación
Würm comenzó a remitir y el casquete polar fue reduciéndose hacia el
norte, algunos grupos humanos tomaron también
esa dirección siguiendo las grandes manadas de renos. De tal modo
que las poblaciones que llevan 10.000 años viviendo alrededor del ártico
(lapones, inuits y siberianos), habitan en unas
condiciones climáticas y geográficas parecidas a las del Paleolítico
Superior (hielo, tundra y taiga), y no solo eso, debido a sus
condiciones de aislamiento han conservado, hasta tiempos muy
recientes, cosmovisiones de origen muy arcaico. Por tanto, podemos
buscar en las tradiciones culturales de estos pueblos, indicios o pistas
que nos ayuden a resolver algunos de los enigmas de
nuestro pasado.
¿Podrías darnos algunos ejemplos?
Te daré dos ejemplos:
En los alpes suizos se encontró lo que parecen ser los restos de
un enterramiento ritual de cráneos de osos de las cavernas de más de
75.000 años de antigüedad, cuidadosamente
apilados y protegidos por losas de piedra. ¿Qué puede significar? Si
buscamos información sobre el simbolismo del oso en las culturas
siberianas encontraremos que para los habitantes de la taiga
(bosque boreal) es el animal más sagrado y respetado. Los rituales
de desagravio tras su caza pueden durar varios días y en muchos casos
terminan con el enterramiento o el alzado de su cráneo en
un lugar prominente para facilitarle su reencarnación en el vientre
de una nueva osa. Los paralelismos son más que evidentes.
Y un segundo ejemplo:
Al sur de Moscú, en un yacimiento arqueológico de unos 20.000
años de antigüedad y en el que también se han encontrado dos estatuillas
femeninas, se halló una pequeña escultura
de bisonte tallada en marfil a la que habían roto sus patas y
golpeado con objetos punzantes antes de depositarla sobre un pequeño
altar. Para los arqueólogos que la descubrieron, su simbolismo
puede estar relacionado con algún rito anticipatorio de la caza.
¿Tenemos alguna pista que pueda confirmar esta última afirmación? Pues
efectivamente. Así, entre algunos pueblos siberianos, el
chamán acude al bosque para capturar espíritus de animales que luego
insufla en estatuillas de madera que los representan. Posteriormente
lanza flechas sobre estas figurillas y creen que luego el
cazador acertará en el mismo lugar dónde ha dado la flecha del
chamán.
Como ponen de manifiesto los dos ejemplos anteriores, es posible
aproximarse con cierto rigor a la cosmovisión de nuestros antepasados
paleolíticos a través de investigaciones
interdisciplinares, algo que algunos autores denominan
arqueomitología. Y es que tenemos infinidad de información sobre
dataciones arqueológicas, clima, vegetación, fauna paleolítica… pero
seguimos teniendo un inmenso vacío oficial sobre el universo
espiritual o las creencias de nuestros ancestros prehistóricos, pues
todos los estudios e investigaciones al respecto son tachados de
especulativos y acientíficos. Creo que hoy en día tenemos
suficientes trabajos serios y rigurosos, como para recopilarlos,
sintetizarlos e ir dando pequeños pasos que nos ayuden a recomponer la
memoria de nuestros orígenes, no sólo desde una perspectiva
materialista, sino también desde una perspectiva cultural, simbólica y
porque no, espiritual.
En el libro le dedicas un capitulo al euskera, al que calificas como la lengua indígena de Europa. ¿Por
qué le otorgas tanta importancia en la reconstrucción de nuestro pasado?
El euskera es la lengua viva más antigua de Europa, una lengua
indígena que pervive precisamente en el territorio en el que se
desarrolló el arte rupestre franco-cantábrico y
desde el que se repobló gran parte de Europa Occidental tras la
última Glaciación. Si este idioma, como parece ya ser compartido por la
mayor parte de lingüistas, conserva muchas palabras y
raíces etimológicas heredadas de la cultura del Paleolítico
Superior… ¿Cómo es posible que no sea tenida en cuenta en las
investigaciones prehistóricas? El euskera es un extraordinario banco de
datos sobre la forma en que nuestros ancestros sentían, entendían y
expresaban su visión del universo. Es el reflejo oral de la cosmovisión
indígena europea.
Por otra parte, dicha cosmovisión aún pervive en muchos aspectos
de la mitología vasca. Así, como te decía antes cuando hablabamos sobre
las venus paleolíticas, las culturas
preindoeuropeas del Neolítico tenían como figura central de su
Universo simbólico a la Diosa Madre y los vascos aún conservan el mito de Mari como figura central de su cosmovisión.
Un arquetipo sagrado que hunde sus raíces en el principio de los tiempos.
Precisamente, algunos
autores como Carl Jung o Anne Baring afirman que esos arquetipos
sagrados aún permanecen vivos en lo que denominan nuestro
inconsciente colectivo, ¿Crees esto posible?
¿Y por qué no? Date cuenta que estamos hablando de que esos
arquetipos formaron parte del universo simbólico humano durante más de
40.000 años seguidos, por lo que es de
suponer que un periodo histórico tan grande haya tenido por fuerza
que dejar alguna huella de dicha cosmovisión primigenia en nuestra
memoria genética. Si como afirman la mayor parte de
investigaciones sobre la naturaleza humana, nuestra conducta,
necesidades y condición física sigue siendo fruto de la adaptación
evolutiva al modo de vida cazador-recolector. ¿Cómo no lo va ser
también nuestra forma de sentir, percibir y comprender el mundo? Y
al igual que algunos perros que habitan junto a los humanos en zonas
salvajes, cuando escuchan el aullido de un lobo cercano,
sienten la verdadera naturaleza de su ser y ansían correr monte
arriba para unirse a la manada; lo mismo nos sucede a muchos
occidentales cuando escuchamos los cantos sagrados o las rogativas de
los pueblos indígenas: sentimos una honda emoción, como si algo se
revolviera en nuestro interior y nos dijera yo también soy de ahí, como si de
repente nuestros ancestros retornaran para hacernos sentir de dónde venimos y cual es nuestra verdadera naturaleza humana.
¿Y cual es esa naturaleza humana a la que te refieres?
Creo que la naturaleza humana es un reflejo de la naturaleza con
mayúsculas. Y a pesar de que, como afirma Máximo Sandín, durante siglo y
medio han tratado de trasladar a todos
los campos del conocimiento la visión darwinista de que la vida se
sostiene y evoluciona gracias a la lucha y la competencia, hoy tenemos
suficientes datos para asegurar que esto es rotundamente
falso. Como afirman la mayor parte de pueblos indígenas y como
parece que empiezan a afirmar cada vez más voces científicas dentro de
la física o la biología, la vida es un equilibrio, una
sinergia basada en la cooperación e interdependencia entre todos los
seres y ciclos que la forman.
De igual modo, si trasladamos esta visión al ámbito humano y
recopilamos los testimonios de todos aquellos viajeros o etnólogos
occidentales que en los últimos siglos
contactaron con culturas cazadoras-recolectoras que no habían tenido
ningún contacto civilizatorio, comprobaremos que en la inmensa mayoría
de los casos dichos viajeros coincidían en recalcar el
carácter fraternal, cooperativo e igualitario de aquellas culturas. Y
este es, a mi juicio, un indicio claro de cómo pudo ser la organización
social de las culturas europeas del Paleolítico
Superior.
Sobre la organización
social de los primeros europeos, en la web Europa Indígena recopilas
unos sorprendentes datos sobre las culturas
preindoeuropeas del Neolítico ¿Podrías resumírnoslas?
Si como hemos dicho anteriormente en la entrevista y a tenor de
las evidencias arqueológicas, la cosmovisión de las primeras culturas
agrícolas europeas puede considerase
heredera de la de sus antepasados cazadores-recolectores
paleolíticos, puede que su organización social también fuese muy
parecida. En este sentido, hoy sabemos que existieron culturas miles de
años anteriores a la Grecia Clásica que desarrollaron un alto grado
desarrollo artístico, cultural y humano. Que practicaban la alfarería,
el uso del telar, la metalurgia, la navegación a vela o
la escritura pictórica hace ya 7.000 años… pero que no necesitaban
de esclavos, ni de guerras para mantener su forma de vida.
Aquellas culturas agrícolas preindoeuropeas estaban asentadas en
el centro de fértiles valles, en lugares vulnerables, pero sin embargo
no tenían muros defensivos. Es más, en
la mayor parte de ellas no existen rastros de guerras o invasiones
en periodos que superan los ¡¡2.000 años!!. Conocían la metalurgia pero
no la aplicaban para fabricar armas y en su arte
colorido y naturalista no se ha encontrado ni un solo motivo
militar. Además, las características de sus casas y de sus
enterramientos indican una aparente igualdad social y de géneros.
Estos hallazgos, que no se fundamentan en hipótesis sino en
hechos constatados, demuestran que otro mundo no es que sea posible,
sino que fue posible, y tiran por el suelo
todos los paradigmas mentales en los se sostienen los mitos de la
Civilización Occidental. Así que desde aquí animo a quién considere de
relevancia todas estas informaciones a que las difunda,
para que entre todos y todas comencemos a recuperar nuestra memoria
robada, la verdadera memoria de nuestros orígenes.
* TODA LA INFORMACIÓN SOBRE EL LIBRO: PULSA AQUÍ
Beste behin ere, euskararen aldeko aldarri bat gaztelaniaz idatzita. Euskararen legitimazioa beste behin ere inperioak eman behar, bere hizkuntzan. Historia bere hizkuntzan idazteko gai ez den herria, hilda dago.
ResponderEliminarKuriosoa da: euskaldun sentitzen gara, euskara maite dugu, baina erreferente ideologiko eta kultural (ia) guztiak espainolak dira.
Azkenik, euskarari eta haren egoerari buruzko liburu bat gomendatu nahi nuke: Euskararen isobarak – Pako Aristi